Gustavo Hernández, nacido en Granada, en la Calle Corral, Convento de San Francisco, en febrero de 1946. Después de cuarenta años de haber incursionado en el difícil, conflictivo e iluso mundo de las Artes Plásticas nicaragüenses, como estudiante, corredor de arte independiente, ayudante y colaborador en las obras de conocidos maestros de las Bellas Artes del pasado siglo, hoy nos abre algunas ventanas de sus memorias perdidas. Su obra es poco conocida en las galerías locales, porque él prefiere venderlas directamente a los coleccionistas. Muchos de sus trabajos fueron publicados en la década de los ochenta, en periódicos y revistas.